La quena tiene su origen etimológico en la palabra quechua “khéna” y que puede traducirse como “flauta”.
La quena es un instrumento musical de viento de la región andina; construida con caña, barro, madera o hueso. Esta contiene generalmente siete orificios: seis en la parte del frente y otro atrás, que se tapa con el pulgar.
Hay estudios al respecto que han encontrado modelos realizados con calabaza, con hueso de pelícano, de piedra, de metal e incluso de arcilla. Esos mismos trabajos han venido a exponernos que antiguamente era habitual que los hombres tocaran la quena después de haber estado cazando.
La longitud de la quena suele rondar el medio metro, aunque varía de acuerdo al modelo; es un tubo es hueco, con un diámetro de unos dos centímetros, soplándose por una boquilla que puede tener forma de V o U. Dada la variación de su longitud y las otras características, existen diferentes clases de quena que pueden ofrecer distintos sonidos.
Este instrumento es tradicional del folclore andino, ya que era utilizado por culturas precolombinas e incluso preincaicas, por lo que se dice que es el instrumento de viento de mayor antigüedad.
En definitiva, podemos decir que es el instrumento más significativo de la tradición de la música andina junto a otros, como el sicu o zampoña y el charango.
La música que se realizaba con la quena se empleaba para rituales o rendir tributo a los dioses, como para celebrar diferentes acontecimientos, pero hoy en día, se utiliza para interpretar canciones típicas de la zona andina, en países como Perú, Bolivia y Argentina; por lo que se emplea para acompañar a distintos instrumentos: charangos, sicus, instrumentos de percusión, etc.